3.2. Ecos sociales
- José Carlos Mariátegui
Causerie1
El Tiempo no quiere que esta sea la vulgar sección de datos sociales acostumbrada. Aspira a hacer de ella, no solo una escueta y árida información que recoja todos los ecos sociales, sino también una crónica amable donde la noticia ritual y el risueño comentario se junten y armonicen. Se propone el diario, y con él el cronista, que esta sección tenga para el lector y la lectora interés, gracia y atractivo de film cinematográfico y delicadeza y aristocracia de gacetilla literaria.
Cuando este diario aparece, no existe la alegría y luminosidad de los días de verano y de su séquito de fiestas veraniegas, y cotidiana y alborozada peregrinación a los balnearios. Los días son fríos, neblinosos y austeros e imponen a las damas el recatamiento de sus siluetas bajo el abrigo severo y bajo las pieles sedosas. Alguien ha loado la aristocracia del invierno y estos cronistas humildes deben reconocerla en homenaje a quien la proclamara.
Lejanos los días luminosos y cálidos de la estación veraniega, en todos los salones las recepciones semanales restablecen el imperio del five o’clock tea, de la tertulia y del baile discretos y risueños. La música, el flirt, el baile y la ingenua y comentarista murmuración crean en todos los salones aristocráticos un instante de esparcimiento gentil y distinguido.
Es así la vida social en estos días. El teatro, las matinés familiares, las soirée de la Filarmónica y las vermouths de moda del Excelsior monopolizan el comentario y la preocupación de las gentes “bien”.
Nosotros haremos un esfuerzo empeñoso por escribir al margen de esta vida sabrosa en su monotonía, una glosa diaria, ligera, galante y amable.
Cuando este diario aparece, no existe la alegría y luminosidad de los días de verano y de su séquito de fiestas veraniegas, y cotidiana y alborozada peregrinación a los balnearios. Los días son fríos, neblinosos y austeros e imponen a las damas el recatamiento de sus siluetas bajo el abrigo severo y bajo las pieles sedosas. Alguien ha loado la aristocracia del invierno y estos cronistas humildes deben reconocerla en homenaje a quien la proclamara.
Lejanos los días luminosos y cálidos de la estación veraniega, en todos los salones las recepciones semanales restablecen el imperio del five o’clock tea, de la tertulia y del baile discretos y risueños. La música, el flirt, el baile y la ingenua y comentarista murmuración crean en todos los salones aristocráticos un instante de esparcimiento gentil y distinguido.
Es así la vida social en estos días. El teatro, las matinés familiares, las soirée de la Filarmónica y las vermouths de moda del Excelsior monopolizan el comentario y la preocupación de las gentes “bien”.
Nosotros haremos un esfuerzo empeñoso por escribir al margen de esta vida sabrosa en su monotonía, una glosa diaria, ligera, galante y amable.
Posta fantástica
El señor Zeta y la señorita Ilusión son dos buenos amigos que se entretienen inocentemente escribiendo cordiales y originales epístolas. Entre ambos tejen una correspondencia que tiene en su frivolidad la virtud de ser casi siempre interesante y amena. Nosotros copiaremos con mucho agrado, para los lectores de El Tiempo, la correspondencia sentimental y pícara del señor Zeta y la señorita Ilusión, incógnitos, misteriosos y raros.
Del señor Zeta:
…13 de julio.
¿Se ha fijado usted alguna vez en la absoluta igualdad de la vida que hacemos todos los días? Yo confieso que solo hoy he venido a apreciarla seriamente. Después de levantarme a la hora de siempre, después de tomar desayuno a la hora de siempre, después de leer los periódicos a la hora de siempre, pensé que hoy, como todos los días, tendría que hacer acto de presencia, rápido pero imprescindible, en la oficina donde yo, con más suerte que otros, rindo mi habitual tributo al trabajo. Más tarde me he parado en la esquina del kiosco de la Merced, he saludado a varias amigas mías que han pasado alegremente y he bebido un cocktail donde Broggi. Y luego, he almorzado, he leído, me he aburrido, he tomado el té a las cinco y media, y a las seis me he encontrado con el problema de no saber qué hacer de mi persona. Diariamente casi, es una recepción familiar la que me evita aburrirme. Hoy, según mi carnet, no habrá para mí ninguna recepción amiga. No tenía siquiera la suerte de que fuera viernes de moda. Y estaba en el atrenzo de optar por entregarme a un teatro o a un cinema. La Martini, el pericón, Paco Ares, “Felipe Derblay”, o una comedia de Paso y Abati, Francesca Bertini y Justin Clarel, parecía que me invitaban desde imaginarios afiches, seguros de que no podré escaparme de uno de ellos. El máximo de mis rebeliones podría llevarme cualquiera de estos días a Chosica para un dulce refugio invernal.
En el verano, el programa tiene la sola variante de uno o dos viajes diarios al balneario electo. Es una ligera variante que no nos satisface del todo, pero que nos entretiene siempre un poco. Los días de verano son plácidos, mientras no nos aburren. Lo mismo ocurre con los días de invierno. Probablemente, esto fue observado y dicho hace mucho tiempo por Pero Grullo.
Le escribo a usted, después de comer en el Zoológico. Unos amigos míos y yo pensamos que comiendo juntos podríamos divertimos algo. No ha sido así por mi parte. Mis amigos bebieron mucho vino y se pusieron impertinentes. Cerca de nosotros había en una mesa tres alemanes, en otra un matrimonio con un niño y en otros dos señores graves, importantes y con abdomen. Los alemanes comen copiosamente. El matrimonio mimaba al niño y le enjugaba con la servilleta de supuesto lino los labios manchados por la salsa. Los señores graves conversaban despacio y concedían gran trascendencia a su menú. Todos ellos eran más felices que mis amigos, absolutamente empeñados en serlo a fuerza de vino, de verbosidad y de chirigotas.
Tengo que darle una noticia. El álbum de nuestra amiga O, que tenía hasta quince firmas preciosas y hasta cien firmas cursis, se ha extraviado en poder de un literato sin importancia. Otra noticia. A la señora H. le dicen ya “Misiá Pancha la Brava”. No tiene gracia, por supuesto. Otra noticia más. Me he convencido de que el ópalo que le regalé a Elena es la causa de nuestra ruptura. Y un comentario de mi amigo Fernando: “en el teatro argentino, lo más bonito es el pericón”. No me discutirá usted que el comentario es como de Fernando. Estúpido…
Dejo de escribirle para enterarme del programa de carreras. Si usted me contesta, no se olvide de decirme si el color azul le sigue pareciendo más discreto que el color gris. Ah. También explíqueme la diferencia sustancial entre la piel de Suecia y el preville. Son cuestiones muy importantes en la estación.
El señor Zeta
Por la copia
Del señor Zeta:
…13 de julio.
¿Se ha fijado usted alguna vez en la absoluta igualdad de la vida que hacemos todos los días? Yo confieso que solo hoy he venido a apreciarla seriamente. Después de levantarme a la hora de siempre, después de tomar desayuno a la hora de siempre, después de leer los periódicos a la hora de siempre, pensé que hoy, como todos los días, tendría que hacer acto de presencia, rápido pero imprescindible, en la oficina donde yo, con más suerte que otros, rindo mi habitual tributo al trabajo. Más tarde me he parado en la esquina del kiosco de la Merced, he saludado a varias amigas mías que han pasado alegremente y he bebido un cocktail donde Broggi. Y luego, he almorzado, he leído, me he aburrido, he tomado el té a las cinco y media, y a las seis me he encontrado con el problema de no saber qué hacer de mi persona. Diariamente casi, es una recepción familiar la que me evita aburrirme. Hoy, según mi carnet, no habrá para mí ninguna recepción amiga. No tenía siquiera la suerte de que fuera viernes de moda. Y estaba en el atrenzo de optar por entregarme a un teatro o a un cinema. La Martini, el pericón, Paco Ares, “Felipe Derblay”, o una comedia de Paso y Abati, Francesca Bertini y Justin Clarel, parecía que me invitaban desde imaginarios afiches, seguros de que no podré escaparme de uno de ellos. El máximo de mis rebeliones podría llevarme cualquiera de estos días a Chosica para un dulce refugio invernal.
En el verano, el programa tiene la sola variante de uno o dos viajes diarios al balneario electo. Es una ligera variante que no nos satisface del todo, pero que nos entretiene siempre un poco. Los días de verano son plácidos, mientras no nos aburren. Lo mismo ocurre con los días de invierno. Probablemente, esto fue observado y dicho hace mucho tiempo por Pero Grullo.
Le escribo a usted, después de comer en el Zoológico. Unos amigos míos y yo pensamos que comiendo juntos podríamos divertimos algo. No ha sido así por mi parte. Mis amigos bebieron mucho vino y se pusieron impertinentes. Cerca de nosotros había en una mesa tres alemanes, en otra un matrimonio con un niño y en otros dos señores graves, importantes y con abdomen. Los alemanes comen copiosamente. El matrimonio mimaba al niño y le enjugaba con la servilleta de supuesto lino los labios manchados por la salsa. Los señores graves conversaban despacio y concedían gran trascendencia a su menú. Todos ellos eran más felices que mis amigos, absolutamente empeñados en serlo a fuerza de vino, de verbosidad y de chirigotas.
Tengo que darle una noticia. El álbum de nuestra amiga O, que tenía hasta quince firmas preciosas y hasta cien firmas cursis, se ha extraviado en poder de un literato sin importancia. Otra noticia. A la señora H. le dicen ya “Misiá Pancha la Brava”. No tiene gracia, por supuesto. Otra noticia más. Me he convencido de que el ópalo que le regalé a Elena es la causa de nuestra ruptura. Y un comentario de mi amigo Fernando: “en el teatro argentino, lo más bonito es el pericón”. No me discutirá usted que el comentario es como de Fernando. Estúpido…
Dejo de escribirle para enterarme del programa de carreras. Si usted me contesta, no se olvide de decirme si el color azul le sigue pareciendo más discreto que el color gris. Ah. También explíqueme la diferencia sustancial entre la piel de Suecia y el preville. Son cuestiones muy importantes en la estación.
El señor Zeta
Por la copia
JACK
Por la ancianidad
Nada hay más halagador en nuestro medio y que merezca los mayores elogios de todos, que la actitud de las damas limeñas prestas siempre al servicio de obras benéficas. El sentimiento caritativo y altruista de sus almas puesto en evidencia en múltiples ocasiones, ha logrado hoy llevar a efecto una nueva empresa de idénticas finalidades a favor de la ancianidad desvalida y abandonada.
Se trata de un grupo selecto de señoras y señoritas, las que han organizado una rifa de objetos de valor, cuyos productos serán destinados a proteger a los ancianos.
Los boletos de la rifa han sido distribuidos entre conocidas familias, quienes se han prestado entusiastamente a colaborar en la obra.
Estando en vísperas de verificarse la mencionada rifa, las tesoreras nos indican que avisemos a las personas que hicieran separar algunos números, se dignen a enviar su importe a la calle de Belén N.o 1049 y 403.
Se trata de un grupo selecto de señoras y señoritas, las que han organizado una rifa de objetos de valor, cuyos productos serán destinados a proteger a los ancianos.
Los boletos de la rifa han sido distribuidos entre conocidas familias, quienes se han prestado entusiastamente a colaborar en la obra.
Estando en vísperas de verificarse la mencionada rifa, las tesoreras nos indican que avisemos a las personas que hicieran separar algunos números, se dignen a enviar su importe a la calle de Belén N.o 1049 y 403.
De Chosica
En este aristocrático invernadero de moda, la temporada adquiere en la actualidad los más simpáticos caracteres sociales.
Un núcleo de distinguidas familias se viene constituyendo en Chosica, lo que augura ofrezca en breve el aspecto de sus mejores épocas.
Como un exponente del éxito de la temporada chosicana, podemos citar los nombres de las siguientes familias: Elguera Diez Canseco, Tanco Mendoza, Barreda Bolívar, Santisteban, Vonn, del Solar, Ballón, Ayulo, La Rosa Duany, Arróspide Loyola, Mackennie, Tudela y Varela, Abrill, Fechan, Suero Puccio, Álvarez Calderón, Pardo de Zela, Garland, García Irigoyen, Bedoya, Arruz, Durand, Ramírez, Bravo Arenas, Marquina, Ganoza Chopitea, Mejía.
Un núcleo de distinguidas familias se viene constituyendo en Chosica, lo que augura ofrezca en breve el aspecto de sus mejores épocas.
Como un exponente del éxito de la temporada chosicana, podemos citar los nombres de las siguientes familias: Elguera Diez Canseco, Tanco Mendoza, Barreda Bolívar, Santisteban, Vonn, del Solar, Ballón, Ayulo, La Rosa Duany, Arróspide Loyola, Mackennie, Tudela y Varela, Abrill, Fechan, Suero Puccio, Álvarez Calderón, Pardo de Zela, Garland, García Irigoyen, Bedoya, Arruz, Durand, Ramírez, Bravo Arenas, Marquina, Ganoza Chopitea, Mejía.
Cumpleaños
El día de ayer la residencia del presidente de la república estuvo muy visitada con ocasión de celebrarse el aniversario del natalicio de su esposa, señora Carmen Heeren de Pardo.
—Las señoritas Carmen Ortiz de Zevallos, Carmen Trou Stevenson, Carmen Elvira Camino, Carmela Sarria, con igual motivo, fueron muy cumplimentadas ayer por el distinguido círculo de sus relaciones sociales.
—Hoy cumplen años las señoras Emilia Menchaca de Aramburú y Augusta Quintana de Dorca, y las señoritas Ida Weiss y Carmen Eguren.
—Las señoritas Carmen Ortiz de Zevallos, Carmen Trou Stevenson, Carmen Elvira Camino, Carmela Sarria, con igual motivo, fueron muy cumplimentadas ayer por el distinguido círculo de sus relaciones sociales.
—Hoy cumplen años las señoras Emilia Menchaca de Aramburú y Augusta Quintana de Dorca, y las señoritas Ida Weiss y Carmen Eguren.
En el Club Nacional
En sesión de la tarde del sábado se trató de la renovación del directorio de este centro quedando constituido en la siguiente forma:
Presidente, Mariano Ignacio Prado y Ugarteche; vice, Andrés Álvarez Calderón; tesorero, Luis A. Rey; secretario, Fernando E. Palacios; vocales: Lucas Oyague Noel, José Puente Olavegoya y Enrique S. Wan Argote; bibliotecario, Guillermo Salinas Cossio. Junta calificadora: Baldomero Aspíllaga, Germán Arenas, Francisco Valle, Máximo Cisneros, Jorge Correa, Vicente C. Delgado, Carlos Elejalde, Pedro Gallagher, Salvador Gutiérrez, Germán Loredo, C.A. López Goytizolo, Juan Pardo, Federico Palacios Villacampa, Marcos F. Porras, Juan Antonio Portella, A.N. Puente, José Rospigliosi y Vigil, Constantino Salazar, Salvador G. del Solar, Pedro Ugarteche, Aníbal Villegas, Ernesto Zapata.
Presidente, Mariano Ignacio Prado y Ugarteche; vice, Andrés Álvarez Calderón; tesorero, Luis A. Rey; secretario, Fernando E. Palacios; vocales: Lucas Oyague Noel, José Puente Olavegoya y Enrique S. Wan Argote; bibliotecario, Guillermo Salinas Cossio. Junta calificadora: Baldomero Aspíllaga, Germán Arenas, Francisco Valle, Máximo Cisneros, Jorge Correa, Vicente C. Delgado, Carlos Elejalde, Pedro Gallagher, Salvador Gutiérrez, Germán Loredo, C.A. López Goytizolo, Juan Pardo, Federico Palacios Villacampa, Marcos F. Porras, Juan Antonio Portella, A.N. Puente, José Rospigliosi y Vigil, Constantino Salazar, Salvador G. del Solar, Pedro Ugarteche, Aníbal Villegas, Ernesto Zapata.
Los que se van
—A sus haciendas de Huarmey se ha dirigido el conocido joven José Leguía y Swayne.
—Al sur, el señor Genaro Barragán.
—A Huacho se ha dirigido el señor Guillermo Salinas Cossio.
—Al sur, el señor Genaro Barragán.
—A Huacho se ha dirigido el señor Guillermo Salinas Cossio.
Los que llegan
De Chancay ha regresado el señor Enrique Álvarez Calderón.
–Del norte, el señor Julio Portal.
–Del norte, el señor Julio Portal.
Enlaces
Se ha concertado el matrimonio del señor doctor José Arce Dávila y la señorita Elvira Larco Torres.
El jueves próximo contraerán matrimonio el señor Manuel Almenara Irigoyen y la señorita Adriana Rodríguez Guerra.
El jueves próximo contraerán matrimonio el señor Manuel Almenara Irigoyen y la señorita Adriana Rodríguez Guerra.
De salud
El señor doctor Javier Prado y Ugarteche, Rector de la Universidad Mayor de San Marcos, que se encontraba delicado de salud, ha experimentado ligera mejoría en estos últimos días.
—En vías de restablecimiento, el señor Albino Carranza.
—La señora Alina Hughes de Balta se halla ligeramente enferma.
—En vías de restablecimiento, el señor Albino Carranza.
—La señora Alina Hughes de Balta se halla ligeramente enferma.
Comida
Un grupo de amigos del señor Augusto Peñaloza le ofreció anoche una comida con motivo de cumplir años.
Fiesta íntima
Los esposos Escudero-Eguiguren, en su elegante residencia de la calle del Padre Gerónimo, ofrecieron en la noche del sábado una tertulia íntima a sus amistades, la que resultó muy animada e interesante.
Servicios religiosos
En la mañana de ayer domingo, en el templo de Santo Domingo, se oficiaron misas por el sufragio del alma del que fue estimable caballero señor doctor Ricardo Ortiz de Zevallos y Tagle.
Referencias
-
Publicado en El Tiempo. Lima, 17 de julio de 1916. ↩︎
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