IV. El modelo de Amauta

  • José-Carlos Mariátegui
  • Víctor Vich

Con Amauta, Mariátegui propuso no solo una revista, sino un proyecto integral más allá de las disciplinas académicas y profundamente innovadora en su forma de circulación. Desde su primer número, se configuró como una revista de vanguardia que convocaba a los nuevos grupos para comenzar a construir un verdadero cambio social. Sin embargo, no es este el lugar para comentar las características de la revista, —ya muchas veces estudiada—, pero sí para detenernos en su modelo de gestión y de negocio1. D

Mariátegui crea la Sociedad Editora Amauta con el fin de articular un modelo de negocio mixto; es decir, no se trataba solo de crear valor económico, sino también social. Para ello, además de la venta directa de la revista Amauta, se ofrecían diferentes esquemas de suscripción y publicidad comercial. Además, estableció una innovadora estrategia de apoyo mediante un modelo de accionariado difundido, que permitía a personas y organizaciones ser accionistas de la sociedad y de esa forma apoyar al proyecto. Asimismo, se propuso un agresivo plan editorial, con el objetivo de dotar a la cultura peruana de una verdadera y orgánica casa de ediciones científicas, literarias y artísticas. El modelo de negocio incluía la distribución y venta de otros libros y revistas mediante la Oficina del Libro, como se vera más adelante. De hecho, su particular modelo de negocio hizo de Amauta —en un contexto de revistas de poca vida y limitada circulación— una de las publicaciones periódicas latinoamericanas más influyentes del momento ().

En una carta enviada por Mariátegui a Mario Nerval en 1927, explicó lo siguiente: “Su economía está calculada sobre la base de una circulación mínima de 4000 ejemplares, pues queremos mantenerla al alcance del pueblo. Del número 5 hemos hecho un tiraje de 3500 ejemplares”. Investigaciones posteriores señalan tirajes de entre 4000 y 5000 ejemplares (), que, considerando las limitaciones de la época —en términos de comunicación y transporte— y la población de aquel entonces, podrían ser comparables a publicar hoy entre 30 000 a 60 000 ejemplares. Vale mencionar que entre 1900 y 1930 hubo un incremento del público lector en el país: el consumo de diarios y publicaciones creció en un 265 % y la alfabetización aumentó en un 221 % ().

Expand D Sociedad Editora Amauta (1926). [Anuncio de la revista Amauta]. Archivo José Carlos Mariátegui

El modelo de suscripción de Amauta era de dos tipos: dos soles por semestre y cuatro soles por un año. Se editaba, además, una edición en papel snov en tirada numerada del 1 al 100 para los amigos de la revista. En el número 8, con total transparencia, se presentaron los estados financieros al 30 de abril de 1927. Dichos datos muestran que, del total de ingresos, el 52 % provenía de las ventas; el 17 %, de suscripciones; y el 30 %, de anuncios publicitarios.

La Sociedad Editora Amauta se fundó el 12 de marzo de 1928, dos años después de la aparición de la revista2. Aparte de Mariátegui como su director y de Ricardo Martínez de la Torre como su gerente, aparece una larga lista de accionistas E iniciales: Antonio Zincopa Pineda, Miguel Adler, Pedro Fausto Posada, Bernardo Regman y Fabio Camacho. En una segunda Junta General, se incluyen los nombres de las personas que integraron el primer directorio: Emilio Romero, Carmen Saco, Avelino Navarro y Julio César Mariátegui. Como accionistas figuran Teodoro Elmore y Óscar Herrera. Una revisión de los talonarios de los certificados de las acciones emitidas nos permite identificar a los demás miembros de la sociedad donde figuran: Julia Codesido, Nicanor A. de la Fuente, T. Mario Bazán, Ricardo A. Miranda, Mario Nerval, Amadeo Tasa Navarro, Manuel N. Ranello, Isaac Rabinovich, Jacobo Rosenblit, José Lerner, Luis Heraud, Juan Laudi, Teodoro Elmore, Ernesto Reyna, Juan María Merino Vigil, Raúl Porras Barrenechea, Héctor A. Herrera, Octavio Herrera y la Sociedad Obrera Claridad3. Fueron alrededor de 30 los accionistas. Es interesante notar la inclusión de 17 acciones en nombre de la Sociedad Obrera Claridad y la invitación a la Federación Gráfica del Perú a concurrir como accionista a la formación de la Sociedad4, lo cual demuestra cómo Mariátegui buscaba articular relaciones con otras agremiaciones que él consideraba que desarrollaban un trabajo de vanguardia en la organización colectiva y social ().

La red de contactos articulada por Mariátegui —que discutiremos más adelante— le permitió concebir novedosas iniciativas, como la Oficina del Libro, un servicio de distribución y venta de libros tanto nacionales como de editoriales extranjeras con las que Amauta había establecido convenio, así como una selección de periódicos y revistas como Monde, El Trabajador Latino Americano y La Correspondencia Sudamericana. La Oficina del Libro perseguía también un objetivo social: difundir de manera activa “varios miles de ejemplares del boletín bibliográfico Libros y Revistas”, publicando en cada número de Amauta una lista completa de novedades extranjeras y nacionales, con el especial objetivo de difundir los libros en provincias “ofreciéndolo al lector al mismo precio a que se vende en la capital y sin más recargo que el diez por ciento de gastos de correo certificado”5.

Expand E Sociedad Editora Amauta (1928). [Certificado de acciones de la Sociedad Editora Amauta a nombre de Mario Nerval]. Archivo José Carlos Mariátegui

Sin embargo, las limitaciones económicas poco a poco se fueron manifestando, por lo que se hizo necesario acudir a enfáticos (y emocionales) llamados de apoyo: “La vida de Amauta depende absolutamente de la cooperación de los hombres honrados e idealistas del Perú”, se dijo varias veces6. La permanente invocación “Ayude Ud. a Amauta” implicaba que la revista solo podía mantenerse si era capaz de convertirse en un verdadero proyecto colectivo. Como veremos más adelante, la diversidad de lugares en los que se distribuía era amplia, pero también originaba demoras en las remesas y hacía que el modelo, a pesar de los esfuerzos por diversificarlo, dependiera principalmente de la venta corriente y presentara problemas de viabilidad. Es así que en 1927, Mariátegui planteó un plan de crecimiento que permitiera mejores condiciones y reducción de costos. Propuso entonces que “la gestión de Amauta no puede ya ser individual, sino colectiva” e invitó a los lectores a suscribir acciones, implementando un esquema de accionariado difundido en forma de contribuciones, lo que se convirtió, junto con la publicidad y el grupo de suscriptores, en la base de su economía ().

Notas

  1. Las principales investigaciones sobre Amauta son: Wise (1978), Tauro (1994), Beigel (2006). Se ha publicado también las actas de dos congresos dedicados exclusivamente a la revista: Amauta y su época (Lima: Minerva, 1997); Amauta: 80 años_ (Lima: INC, 2009). Thissen (2017) comenta la mayoría de los números de Amauta en su documentada biografía. En 2017, la Casa de la Literatura Peruana organizó una notable exposición titulada “Un espíritu en movimiento: redes culturales de la revista Amauta”. Los curadores fueron Diana Amaya y Mauricio Delgado. En 2019, Beverly Adams y Natalia Majluf organizaron otra importante muestra sobre Amauta y las artes visuales que recorrió tres países (España, México y Perú), concluyó con la publicación de un libro-catálogo: Redes de vanguardia: Amauta y América Latina, 1926-1930 (Madrid: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2019). Recientemente, el Museo José Carlos Mariátegui y el Archivo José Carlos Mariátegui organizaron el curso “Amauta: el itinerario de una invención”, disponible en: https://www.mariategui.org/recursos/cursos/_amauta_-el-itinerario-de-una-invencion/ ↩︎

  2. Para mayor detalle, se puede revisar el acta de constitución de la Sociedad Editora Amauta en: http://archivo.mariategui.org/index.php/constitucion ↩︎

  3. Para conocer con detalle los números de acciones y montos, se puede revisar la serie que corresponde a Certificado de Acciones: http://archivo.mariategui.org/index.php/certificado-de-acciones ↩︎

  4. Carta al Presidente de la Federación Gráfica de la Ciudad, 14/5/1927, en: http://archivo.mariategui.org/index.php/carta-al-presidente-de-la-federaciongrafica-de-la-ciudad-14-5-1927 ↩︎

  5. En varios ejemplares de Amauta hay páginas dedicadas a la Oficina del Libro. Por ejemplo, véase el número 21: http://hemeroteca.mariategui.org/index.php/Detail/objects/21 ↩︎

  6. En los números 2 y 3 de Amauta aparecieron pequeños avisos donde se solicitaba el apoyo para la subsistencia de la revista. ↩︎

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