Como editor, Mariátegui no solo se convirtió en un agente de la transformación editorial del país, sino que también reflexionó sobre las políticas de Estado en el sector cultural. En diversos escritos, expuso duras críticas a la escasa inversión en cultura por parte del Estado, en años en donde la asignación a las Fuerzas Armadas superaba el 20 % del presupuesto nacional. C
Por eso, reflexionó sobre la necesidad de desarrollar una industria editorial sólida, analizando los problemas que conforman la “cadena de valor del libro”. Realizó comentarios sobre la forma poco rigurosa en que se llevaban a cabo los concursos en el Perú y subrayó, además, la necesidad de desarrollar ferias de libros (“Concursos y premios literarios”1). Sostuvo que la Biblioteca Nacional era la “Cenicienta del presupuesto de la República” y que no existía en el Perú una sola biblioteca bien abastecida que pudiera contribuir a producir un mejor conocimiento sobre la realidad (Mariátegui, J. C. (1974b). Temas de educación. Biblioteca Amauta.). Además, sustentó que las librerías existentes no tenían una organización técnica y que todo era muy precario y desordenado (Mariátegui, J. C. (1974b). Temas de educación. Biblioteca Amauta.). Al mismo tiempo, escribió sobre el alto precio de la tarifa postal (“El índice del libro”, “El problema editorial”) y, tomando como referencia la feria organizada por Samuel Glusberg en Mar del Plata, buscó proponer el desarrollo de una industria de libros en América Latina para hacerle frente a la hegemonía de las editoriales españolas: “La circulación del libro americano en el continente, es muy limitada e incipiente […]. En lo que concierne a su abastecimiento de libros, los países de Sudamérica continúan siendo colonias españolas”, aseveró con énfasis (Mariátegui, J. C. (1974b). Temas de educación. Biblioteca Amauta.)2.
Todos estos comentarios demuestran el profundo entendimiento que Mariátegui tenía del funcionamiento de la industria editorial, según lo que hoy podríamos denominar las “industrias culturales”. Sus ideas abogaron por gestionarlas en conjunto, promoviendo la articulación del libro con las bibliotecas, ferias, concursos y diversas formas de distribución que pudieran nutrir al sistema de una manera más dinámica. De hecho, para Alberto Tauro, A. (1946). El Libro, problema básico de la cultura peruana. Fénix. Revista de la Biblioteca Nacional del Perú, (4),687-696. https://revistafenix.bnp.gob.pe/index.php/fenix/issue/view/6/41, Mariátegui fue un precursor de las políticas culturales en el Perú.
Notas
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Los tres textos mencionados en esta parte están incluidos en el libro Temas de educación (1974b): “El índice del libro”, pp. 127-132; “El problema editorial”, pp. 133-138; “Concursos y premios literarios”, pp. 155-158. ↩︎
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Tarcus (2001) ha estudiado al detalle las relaciones de Mariátegui con Glusberg. Beigel (2006) no deja de comentar su importancia. ↩︎