6.7. Especialistas - Día de óbolos
- José Carlos Mariátegui
Especialistas1
La ingenua travesura de los periodistas que hemos hecho del inconcluso y tornátil palacio de la Cámara de Diputados nuestro hogar tardecino querría dirigir y gobernar en la legislatura venidera la organización de las comisiones parlamentarias.
Avizora, perspicaz y maliciosa es esta travesura. Ha sabido investigar la especialidad estricta de cada diputado. En algunos ha hallado solo una especialidad conocida, vulgar y ostensible. Pero en otros ha hallado una especialidad oculta, recóndita e íntima. Y ha sido entonces cuando su averiguación y su análisis han sido afortunados y dichosos.
Pensamos nosotros que se podría precisar así la especialización de algunos diputados:
–Especialidad clásica, personalísima y legendaria del señor Manzanilla es la sonrisa. Especialidad imitativa del señor Balbuena es la risa. Especialidad patriarcal del señor Ulloa es el consejo. Especialidad religiosa del señor Borda es el billinghurismo de sus votos. Especialidad científica del señor Maúrtua es el buen gusto. Especialidad histórica del señor Secada son la teología y los cánones eclesiásticos. Especialidad fisonómica del señor don Juan Pardo es su donjuanismo político. Especialidad criolla del señor Abelardo Gamarra son los picantes. Especialidad sanchopancesca del señor Pérez son los refranes. Especialidad huanuqueña del señor Pinzás son los chalecos blancos. Especialidad latente del señor Luna son las ciencias políticas. Especialidad indígena del señor Manuel Jesús Gamarra son los huairuros. Especialidad aristocrática del señor Chaparro son los prendedores con quinto de libra. Especialidad facultativa del señor Peña Murrieta es la metáfora médica. Especialidad apostólica del señor Uceda es la pedagogía. Especialidad romántica del señor Criado y Tejada es su fervor palatino. Especialidad persistente del señor Químper son los pedidos burlones y aflictivos. Especialidad matemática del señor Balta son los ferrocarriles. Especialidad regional del señor Moreno es la viticultura. Especialidad jurídica del señor Carrillo son los fallos de menor cuantía. Especialidad humilde del señor Miranda son las bellas artes.
Agrupadas estas especializaciones encontramos en el Congreso un conjunto de colores tan trascendental, huachafo y cambiadizo como el de la farola alechugada.
Avizora, perspicaz y maliciosa es esta travesura. Ha sabido investigar la especialidad estricta de cada diputado. En algunos ha hallado solo una especialidad conocida, vulgar y ostensible. Pero en otros ha hallado una especialidad oculta, recóndita e íntima. Y ha sido entonces cuando su averiguación y su análisis han sido afortunados y dichosos.
Pensamos nosotros que se podría precisar así la especialización de algunos diputados:
–Especialidad clásica, personalísima y legendaria del señor Manzanilla es la sonrisa. Especialidad imitativa del señor Balbuena es la risa. Especialidad patriarcal del señor Ulloa es el consejo. Especialidad religiosa del señor Borda es el billinghurismo de sus votos. Especialidad científica del señor Maúrtua es el buen gusto. Especialidad histórica del señor Secada son la teología y los cánones eclesiásticos. Especialidad fisonómica del señor don Juan Pardo es su donjuanismo político. Especialidad criolla del señor Abelardo Gamarra son los picantes. Especialidad sanchopancesca del señor Pérez son los refranes. Especialidad huanuqueña del señor Pinzás son los chalecos blancos. Especialidad latente del señor Luna son las ciencias políticas. Especialidad indígena del señor Manuel Jesús Gamarra son los huairuros. Especialidad aristocrática del señor Chaparro son los prendedores con quinto de libra. Especialidad facultativa del señor Peña Murrieta es la metáfora médica. Especialidad apostólica del señor Uceda es la pedagogía. Especialidad romántica del señor Criado y Tejada es su fervor palatino. Especialidad persistente del señor Químper son los pedidos burlones y aflictivos. Especialidad matemática del señor Balta son los ferrocarriles. Especialidad regional del señor Moreno es la viticultura. Especialidad jurídica del señor Carrillo son los fallos de menor cuantía. Especialidad humilde del señor Miranda son las bellas artes.
Agrupadas estas especializaciones encontramos en el Congreso un conjunto de colores tan trascendental, huachafo y cambiadizo como el de la farola alechugada.
Día de óbolos
Vivimos ayer un día de óbolos.
La Pro–Marina quiso que el homenaje de los peruanos al recuerdo de Grau y de Angamos no fuese únicamente un homenaje sentimental. Pidió un homenaje práctico. Un homenaje que expresase la intensidad de nuestro patriotismo.
Y esta erogación tuvo para los espíritus un significado solemne. Persistía en ellos la emoción del momento majestuoso en que rompimos nuestras relaciones con Alemania. Vibraba aún la palabra dramática del señor Ulloa que nos invitó al recogimiento. Dentro de este recogimiento había tocado nuestro patriotismo la invocación de la Pro–Marina.
Hemos tenido que pensar ayer en la patria con unción y con ardimiento. Nos hemos persuadido de que el azúcar, el algodón, el cobre y la plata les darán a los fondos de la defensa militar una suma de los beneficios que la guerra universal les ha obsequiado. Hemos sentido que el requerimiento de la Pro-Marina ha solicitado a los peruanos en una hora propicia.
Y cuando por las calles hemos visto ambular, graciosas y marciales, a las girl-scouts hemos querido decirles:
–¡No pidan ustedes centavos! ¡Este es ya un país de millonarios!
Y, como nosotros, ha pensado la Pro–Marina que un millonario puede servir a la patria mejor que una girl-scout. Aunque la girl-scout sea bonita.
La Pro–Marina quiso que el homenaje de los peruanos al recuerdo de Grau y de Angamos no fuese únicamente un homenaje sentimental. Pidió un homenaje práctico. Un homenaje que expresase la intensidad de nuestro patriotismo.
Y esta erogación tuvo para los espíritus un significado solemne. Persistía en ellos la emoción del momento majestuoso en que rompimos nuestras relaciones con Alemania. Vibraba aún la palabra dramática del señor Ulloa que nos invitó al recogimiento. Dentro de este recogimiento había tocado nuestro patriotismo la invocación de la Pro–Marina.
Hemos tenido que pensar ayer en la patria con unción y con ardimiento. Nos hemos persuadido de que el azúcar, el algodón, el cobre y la plata les darán a los fondos de la defensa militar una suma de los beneficios que la guerra universal les ha obsequiado. Hemos sentido que el requerimiento de la Pro-Marina ha solicitado a los peruanos en una hora propicia.
Y cuando por las calles hemos visto ambular, graciosas y marciales, a las girl-scouts hemos querido decirles:
–¡No pidan ustedes centavos! ¡Este es ya un país de millonarios!
Y, como nosotros, ha pensado la Pro–Marina que un millonario puede servir a la patria mejor que una girl-scout. Aunque la girl-scout sea bonita.
Referencias
-
Publicado en El Tiempo, Lima, 9 de octubre de 1917. ↩︎