6.4. El premio de pintura “Concha”

  • José Carlos Mariátegui

 

         1Creemos muy sinceramente que el premio de pintura Concha ha sido otorgado en justicia, y nos complacemos en anotarlo. Y no es que halague nuestro amor propio que merecedora de este premio haya sido la obra pictórica que con entusiasmo tan espontáneo como sincero recomendáramos a la consideración del jurado. Es que nos place que se haya recompensado la afición artística más sincera, brillante y definida, estimulando la labor de quien por sus notables condiciones y excepcional y delicado temperamento era acreedora realmente al premio.
         Al juzgar en conjunto la producción pictórica reunida en el concurso, expresábamos nuestra opinión de que, si bien numerosa era pobre y deficiente, decíamos cómo frente a artificiosos coloridos, y técnicas defectuosas, el jurado debía conceder el premio a la obra en que se transparentase el mejor temperamento artístico, usando de un criterio amplio, generoso y liberal, que no se encerrase dentro del marco inaparente de rigurosas exigencias académicas. Esta opinión no logró probablemente predominar en el jurado y hubo de ser la suerte, que por felicidad no ha sabido equivocarse, la que ha dado el premio a la señorita Juanita Martínez de La Torre, que posee rarísimas condiciones para este excelso arte de la pintura.
         A tientas casi, sin concepto profesional que la dirigiese a través de las múltiples dificultades que impiden su dominio, sin enseñanza académica ninguna, una intuición sorprendente, innegable, la ha guiado en la pintura de cuadros llenos de vida y armonía, en que el temperamento admirable de la joven pintora vencía la carencia de conocimientos técnicos.
         Cultivadas sus disposiciones, bajo la dirección de un maestro hábil, de un maestro verdadero, que la oriente ante todo en el sentido de darle la más amplia instrucción en el dibujo y apartarla, en cuanto al colorido, de los artificios de toda escuela caprichosa y falsa, abrigamos la seguridad de que Juanita Martínez de La Torre, la gentil triunfadora en este interesante torneo que a tanto debate ha dado origen, llegará a ser una artista de ejecución e inspiración sobresalientes.
         Fue por eso que, movidos por un sentimiento de honradez y justicia, sentimiento que ha inspirado siempre todos nuestros conceptos y en especial los que a asuntos artísticos se han referido, nuestra opinión favoreció la producción de la señorita Martínez de La Torre y la sindicó francamente como la más digna de recibir el premio.
         Y si bien el criterio del jurado no ha sido uniforme y distinta resolución preconizara el dictamen de los señores asesores, la mano misteriosa de la fortuna ha discernido esa recompensa a una niña que al relevante mérito de su talento une dones de gracia y de belleza que reflejan las delicadas exquisiteces de su alma de artista.

JUAN CRONIQUEUR


Referencias


  1. Publicado en La Prensa, Lima, 29 de diciembre de 1914. ↩︎