4.8. De Teatros
- José Carlos Mariátegui
En el Municipal1
La compañía Casas, después de las primeras indecisiones en los programas, sigue orientando atinadamente su temporada en el Teatro Municipal, con plausible empeño de hacer conocer a diario las nuevas y escogidas obras de su repertorio.
Después de la larga temporada de revistas de lujo y de éxito barato que ofreciera la compañía de Quinito Velarde, vuelve y se consolida en la escena del Municipal el imperio del sainete pintoresco, la zarzuela jocunda y la alegre opereta que transitoriamente hicieran olvidar las simpáticas funambulerías de la troupe de Velazco.
En la tanda vermouth, que estuvo singularmente concurrida, se puso en escena nuevamente El Príncipe Casto, cuyos números más salientes fueron muy aplaudidos.
Se estrenó en la función nocturna una zarzuela de Arniches, La alegría del batallón, abundante en efectos y situaciones melodramáticas, eficaces siempre para arrancar sonoros aplausos. Se trata de una obra que tuvo en España oportunidad y cuyo éxito circunstancial tuvo su origen en asunto semejante al explotado por el libretista. La técnica de Arniches, fecunda en recursos hábiles, se revela bien en toda la obra que, por cierto, fue muy aplaudida por el público que asistió anoche a su estreno. La Molina, Fernández, Ortiz de Zárate y Porta, estuvieron en caja en sus roles y Ponsetti cantó con mucho gusto y afinada voz.
La Generala, opereta de Perrín y Palacios que nos hiciera conocer la compañía de Esperanza Iris, completó el programa. Ha significado tal vez esta obra el mayor éxito de la compañía Casas, durante lo que lleva de transcurrida su temporada en el Teatro Municipal. La Generala, que tiene relieve de obra ajustada a los más precisos cánones de la opereta, es por sus personajes, asunto y partitura muy cómica, alegre y bien matizada.
Ortiz de Zárate, tras de confirmar con el mejor de sus triunfos sus prestigios de cantante, tuvo ocasión de evidenciar que indudablemente vale también como actor. Fue muy aplaudido y tuvo que bisar algunos números. Las señoras Rossel y Menguez perfectamente dueñas de sus roles. Fernández y Porta muy graciosos, sobre todo el último que se caracterizó admirablemente.
Hoy se estrena en vermouth el sainete El cofrade Matías. En la noche va La Casta Susana.
Después de la larga temporada de revistas de lujo y de éxito barato que ofreciera la compañía de Quinito Velarde, vuelve y se consolida en la escena del Municipal el imperio del sainete pintoresco, la zarzuela jocunda y la alegre opereta que transitoriamente hicieran olvidar las simpáticas funambulerías de la troupe de Velazco.
En la tanda vermouth, que estuvo singularmente concurrida, se puso en escena nuevamente El Príncipe Casto, cuyos números más salientes fueron muy aplaudidos.
Se estrenó en la función nocturna una zarzuela de Arniches, La alegría del batallón, abundante en efectos y situaciones melodramáticas, eficaces siempre para arrancar sonoros aplausos. Se trata de una obra que tuvo en España oportunidad y cuyo éxito circunstancial tuvo su origen en asunto semejante al explotado por el libretista. La técnica de Arniches, fecunda en recursos hábiles, se revela bien en toda la obra que, por cierto, fue muy aplaudida por el público que asistió anoche a su estreno. La Molina, Fernández, Ortiz de Zárate y Porta, estuvieron en caja en sus roles y Ponsetti cantó con mucho gusto y afinada voz.
La Generala, opereta de Perrín y Palacios que nos hiciera conocer la compañía de Esperanza Iris, completó el programa. Ha significado tal vez esta obra el mayor éxito de la compañía Casas, durante lo que lleva de transcurrida su temporada en el Teatro Municipal. La Generala, que tiene relieve de obra ajustada a los más precisos cánones de la opereta, es por sus personajes, asunto y partitura muy cómica, alegre y bien matizada.
Ortiz de Zárate, tras de confirmar con el mejor de sus triunfos sus prestigios de cantante, tuvo ocasión de evidenciar que indudablemente vale también como actor. Fue muy aplaudido y tuvo que bisar algunos números. Las señoras Rossel y Menguez perfectamente dueñas de sus roles. Fernández y Porta muy graciosos, sobre todo el último que se caracterizó admirablemente.
Hoy se estrena en vermouth el sainete El cofrade Matías. En la noche va La Casta Susana.
El joven H.
En el Municipal2
Numeroso público llevó ayer al Municipal el excelente programa confeccionado por la Compañía Casas. Fueron inauguradas con singular éxito las tandas vermouth de moda, en las cuales, como ya hemos dicho, se pondrá en escena operetas en dos o tres actos. La opereta elegida para la vermouth de ayer fue La Generala, que ha sido acaso el mayor suceso de la compañía Casas.
La presentación de La Generala, al igual que en la primera noche, no dejó qué desear. Ortiz de Zárate, la señora Rossel, la señora Molina, Fernández y Porta estuvieron, como ya apuntamos, muy felices en sus respectivos roles, siendo aplaudidos con entusiasmo.
En la noche, Eva hizo una vez más las delicias de cuantos gustan de la opereta vienesa, que entre nosotros cuenta con tantos partidarios.
La cadencia desmayada del vals y la coquetería parisina del septillo del segundo acto y otros números semejantes, volvieron a llenar la sala del Municipal. Y volvieron a escuchar sonoros aplausos Ortiz de Zárate, las señoras Rossel, Ferrer y el tenor cómico Porta.
Es totalmente nuevo el programa de hoy. En tanda vermouth se estrena la comedia en dos actos La sobrina del Cura, original de Arniches, y en la noche se reprisa la opereta de Leo Fall La Princesa del Dollar.
La presentación de La Generala, al igual que en la primera noche, no dejó qué desear. Ortiz de Zárate, la señora Rossel, la señora Molina, Fernández y Porta estuvieron, como ya apuntamos, muy felices en sus respectivos roles, siendo aplaudidos con entusiasmo.
En la noche, Eva hizo una vez más las delicias de cuantos gustan de la opereta vienesa, que entre nosotros cuenta con tantos partidarios.
La cadencia desmayada del vals y la coquetería parisina del septillo del segundo acto y otros números semejantes, volvieron a llenar la sala del Municipal. Y volvieron a escuchar sonoros aplausos Ortiz de Zárate, las señoras Rossel, Ferrer y el tenor cómico Porta.
Es totalmente nuevo el programa de hoy. En tanda vermouth se estrena la comedia en dos actos La sobrina del Cura, original de Arniches, y en la noche se reprisa la opereta de Leo Fall La Princesa del Dollar.
En el Colón
Esta noche se realizará en este teatro el beneficio de las señoritas Celia, Sylvia, Judith y Stella Bell, artistas que han logrado durante la temporada, conquistarse las simpatías del público por sus meritorios trabajos.
El programa confeccionado para esta función es atrayente y en él figura el estreno de una obra mímica de gran aparato que tiene un interesantísimo argumento.
El programa confeccionado para esta función es atrayente y en él figura el estreno de una obra mímica de gran aparato que tiene un interesantísimo argumento.
Teatro Excélsior
Hoy reaparecerá en este aristocrático cine la aplaudida pareja de baile Obejero-Figini, que con tanto éxito trabajara en anteriores funciones. Tanto en la vermouth como en las tandas nocturnas, ejecutarán nuevos y atrayentes bailes de salón.
El público tendrá así nueva oportunidad de apreciar el mérito artístico de esta pareja.
El público tendrá así nueva oportunidad de apreciar el mérito artístico de esta pareja.
En el Colón3
Como hemos dicho, esta noche se da en el Colón una función extraordinaria a beneficio de las aplaudidas Celia, Sylvia, Judith y Stella Bell, tronco y núcleo artístico de la familia teatral del mismo nombre que ha tenido el mágico don de atraer noche a noche cada vez mayor y más elegante concurrencia al teatro de la Plaza Zela.
Para que no falten otros atractivos, se anuncia el estreno de una gran pantomima: Los indios apaches, que se desarrolla en la frontera mexicana y cuyo argumento es el siguiente:
Es la celebración de un bautizo, y, naturalmente, se celebran con gran algarazara, diversos festejos según las pintorescas costumbres de esos lugares.
Se baila, se grita, se jalea y domina la fiesta un cielo encendido y claro que patrocina el general regocijo.
De pronto, cuando la fiesta llega a su auge, se presenta un joven oficial de gendarmería; los comensales le rodean y le obligan que coparticipe de la fiesta. También han llegado, unos minutos antes, varios invitados, entre ellos la autoridad local. Instantes después llega otro oficial… trae una noticia fatal: los indios se han rebelado, en reacción violenta y sanguinaria y amenazan invadir todo el departamento. Los dos oficiales se entrevistan con el dueño de casa, este les ruega que no alteren los ánimos de las señoras invitadas y abandona el hogar con los dos militares.
Empieza la tarde…Los espíritus se debaten entre el alcohol y la música. Llegan dos indios mendigos y, contra la voluntad del criado de la casa, que duda de ellos, el ama les brinda hospitalidad y sustento.
Ante el temor de la tempestad, que ya parece aproximarse, todos los invitados se retiran. Llega la noche, el ama dispone que los mendigos se recojan en un cuarto retirado y la tranquilidad más absoluta reina en la casa. El criado recorre todos los departamentos y al ver a los indios mendigos crecen su inquietud y su duda; y no duda más porque a los pocos instantes observa que se ponen en movimiento. Silban y de lejos les responden otros silbidos macabros…
El criado corre entonces donde su amo. Se le ve llegar luego donde este, que se encuentra con la tropa, y se ve en seguida cómo el ejército se apresta a combatir a la indiada; esta enfurecida y criminal se ha internado en el rancho y ha llegado hasta el mismo cuarto donde reposa la señora de la casa. Solo una lámpara alumbra la estancia. Los indios, a falta de otra cosa, se apoderan de la criatura y van trasportándola de uno en uno…
En esto llega la tropa. La lucha es cruenta. En un minuto la criatura ha llegado, de brazo en brazo, hasta la ventana; pero en un minuto también ha llegado el dueño de la casa.
La lluvia cae y un cielo cargado de negras densidades preside el cuadro… La tragedia ha llegado a su apoteosis… La sangre corre por doquier.
Este es el terrorífico drama con que para esta noche nos amenaza la compañía Bell, la que por fortuna sabe ponerlos muy bien y cuenta desde luego con numeroso público que no ha de faltar hoy seguramente.
Para que no falten otros atractivos, se anuncia el estreno de una gran pantomima: Los indios apaches, que se desarrolla en la frontera mexicana y cuyo argumento es el siguiente:
Es la celebración de un bautizo, y, naturalmente, se celebran con gran algarazara, diversos festejos según las pintorescas costumbres de esos lugares.
Se baila, se grita, se jalea y domina la fiesta un cielo encendido y claro que patrocina el general regocijo.
De pronto, cuando la fiesta llega a su auge, se presenta un joven oficial de gendarmería; los comensales le rodean y le obligan que coparticipe de la fiesta. También han llegado, unos minutos antes, varios invitados, entre ellos la autoridad local. Instantes después llega otro oficial… trae una noticia fatal: los indios se han rebelado, en reacción violenta y sanguinaria y amenazan invadir todo el departamento. Los dos oficiales se entrevistan con el dueño de casa, este les ruega que no alteren los ánimos de las señoras invitadas y abandona el hogar con los dos militares.
Empieza la tarde…Los espíritus se debaten entre el alcohol y la música. Llegan dos indios mendigos y, contra la voluntad del criado de la casa, que duda de ellos, el ama les brinda hospitalidad y sustento.
Ante el temor de la tempestad, que ya parece aproximarse, todos los invitados se retiran. Llega la noche, el ama dispone que los mendigos se recojan en un cuarto retirado y la tranquilidad más absoluta reina en la casa. El criado recorre todos los departamentos y al ver a los indios mendigos crecen su inquietud y su duda; y no duda más porque a los pocos instantes observa que se ponen en movimiento. Silban y de lejos les responden otros silbidos macabros…
El criado corre entonces donde su amo. Se le ve llegar luego donde este, que se encuentra con la tropa, y se ve en seguida cómo el ejército se apresta a combatir a la indiada; esta enfurecida y criminal se ha internado en el rancho y ha llegado hasta el mismo cuarto donde reposa la señora de la casa. Solo una lámpara alumbra la estancia. Los indios, a falta de otra cosa, se apoderan de la criatura y van trasportándola de uno en uno…
En esto llega la tropa. La lucha es cruenta. En un minuto la criatura ha llegado, de brazo en brazo, hasta la ventana; pero en un minuto también ha llegado el dueño de la casa.
La lluvia cae y un cielo cargado de negras densidades preside el cuadro… La tragedia ha llegado a su apoteosis… La sangre corre por doquier.
Este es el terrorífico drama con que para esta noche nos amenaza la compañía Bell, la que por fortuna sabe ponerlos muy bien y cuenta desde luego con numeroso público que no ha de faltar hoy seguramente.
La Argentina
De paso para Nueva York, llegará, dentro de breves días a nuestra ciudad, una de las figuras más visibles en el arte coreográfico español: La Argentina, respetada por la prensa de España y Argentina como una artista en el manejo de los palillos y en danzas rápidas, cascabeleras y voluptuosas.
La Argentina dará dos únicas funciones en el Teatro Excélsior.
La Argentina dará dos únicas funciones en el Teatro Excélsior.
En el Municipal4
La alegría del batallón tuvo en la vermouth de ayer el mismo éxito que en la noche de su estreno.
En la noche volvió a escena la opereta de Leo Fall La Princesa del Dollar que fue presentada con bastante corrección de decorado y vestuario por la compañía Casas. La señora Rossel estuvo acertada en el rol de Alicia, escuchando francos aplausos. Ortiz de Zárate tuvo tal vez el mayor acierto artístico que le hemos visto como actor y como cantante. Dio a su papel todas las modalidades que reclama, con soltura y naturalidad y tuvo tan felices y sonoras notas cantando en el segundo acto que al finalizar este fue levantado el telón en su honor cuatro o cinco veces. Vimos joven, voluntariosa y entusiasta a la señora Menguez, gracioso a Porta y correcto a Ponsetti. Muy en caja la señora Torrijos. Y Freixas, que hizo de John Conder, nos reveló que es de los raros casos de primer actor con facultad de cantante.
He aquí el programa de hoy: En matinée El Conde de Luxemburgo; y en vermouth Las Musas Latinas, y en función nocturna La Princesa del Dollar.
En la noche volvió a escena la opereta de Leo Fall La Princesa del Dollar que fue presentada con bastante corrección de decorado y vestuario por la compañía Casas. La señora Rossel estuvo acertada en el rol de Alicia, escuchando francos aplausos. Ortiz de Zárate tuvo tal vez el mayor acierto artístico que le hemos visto como actor y como cantante. Dio a su papel todas las modalidades que reclama, con soltura y naturalidad y tuvo tan felices y sonoras notas cantando en el segundo acto que al finalizar este fue levantado el telón en su honor cuatro o cinco veces. Vimos joven, voluntariosa y entusiasta a la señora Menguez, gracioso a Porta y correcto a Ponsetti. Muy en caja la señora Torrijos. Y Freixas, que hizo de John Conder, nos reveló que es de los raros casos de primer actor con facultad de cantante.
He aquí el programa de hoy: En matinée El Conde de Luxemburgo; y en vermouth Las Musas Latinas, y en función nocturna La Princesa del Dollar.
El joven H.
Referencias
| palabras