3.2.3. Jornada II
- José Carlos Mariátegui
- Abraham Valdelomar
es la que busca mi ilusión,
es la que está en mi ensoñación
y es la que está en mi idealidad.
La vida llena de pasión…
que nos asalta en el umbral
cuando es la vida una ficción
y es un misterio el Bien y el Mal.
— Fue la primera indecisión…
pero la gloria y el honor
son otro amor que quiere ser el vencedor
con mi alma fuerte de mujer.
Mi fe es la misma fe de ayer…
mi alma tiene otro soñar,
mi alma tiene otros desvelos
que están lejanos del hogar.
Mi alma tiene otros anhelos…
Él tiene alas de cóndor
que vuelan más que el conventual
empeño, y van hacia un triunfal
ensueño de épico cantor.
Más ambicioso es mi ideal…
es la que amas tú?
No es una corte provenzal
donde rimara una pavana
el sueño azul de un madrigal,
mi aspiración para el mañana.
Me place la suntuosidad,
gusto del fausto y la belleza,
más quiero dar la gentileza
de una corte de otra edad
a una vida que esté presa
en un ideal de libertad y heroicidad.
Soy como el guerrero que vuelve cansado
de sus aventuras de conquistador
en pos del faustoso vivir regalado,
de la solariega casa y del amor,
para nuevamente ser rudo y soldado
cuando en el castillo suena el tambor.
Mejor que en la corte yo me siento
en mi vivac del campamento.
La Gloria es mi única ambición.
Yo sé que he aprendido, heroica, a vivir
mi porvenir;
o sé que es mi vida una ensoñación,
pero así la quiero, llena de emoción
de esfuerzo, de lucha, de afán, de pasión;
tras de la victoria no importa morir…
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