3.2.1. La Mariscala - Prólogo

  • José Carlos Mariátegui
  • Abraham Valdelomar

 

Abraham Valdelomar y José Carlos Mariátegui

 
(Conde de Lemos y Juan Croniqueur)

 
Poema dramático en seis jornadas y en verso, escrito para la compañía Mario y para su representación en el Municipal1

 
PRÓLOGO

Público multiforme:
Ten tu curiosidad,
público que aquí llegas ávido de emoción
y alivias la enfermiza neurosis de esta edad,
con el dolor, la risa y el gesto de tu histrión
como en pasada edad
un rey con su bufón.

Público que, en el teatro, el circo y el romano
lúgubre coliseo, hoy lo mismo que ayer,
buscas para olvidar tu dolor cotidiano
una hora cotizable de placer.

Hoy no va a descorrerse la inquietante cortina
para el melodrama del vicio y del alcohol,
para la grácil farsa de amor de Colombina
ni para la tragedia, ni para el guignol,
sino para la hermosa gesta de una heroína
y para un poema de un pueblo indoespañol.

Es un noble romance, un romance de gloria
y va a hablarte el Poeta, el Dramaturgo, no.
Hubo el poeta en una página de la historia
una leyenda heroica; della se enamoró.

Es la leyenda de una hermosa capitana,
amazona, estadista, mariscala, prócer,
la heroína máxima de nuestra americana
tierra y la vida más grande de nuestro ayer.

Tuvo ella en su hermosura la noble gentileza
de la princesa hispana y de la ñusta-flor.
Tal vez soñaron con la gloria de su belleza
un paje trovador y una Corte de Amor.

Pero fue su alma fuerte, intensa, complicada,
y tuvo un misticismo raro e inquisitorial:
la dulce Santa Rosa y el fiero Torquemada
el Santo Oficio y el remanso conventual.

Y fue un alma de prisma en que se arcoirisaba
la raza, a la manera de un rayo de luz,
alma de caballero medioeval que luchaba
por su amor, por su dama, por su rey y su cruz…

En su vida hubo ensueño, idealidad, quimera,
inquietud, epopeya, energía, ambición,
crueldad, amor, ternura, crepitación de hoguera,
clarinada de lucha y toque de oración…

Tuvo alma de caudillo, de apóstol, de guerrero,
de inga, de cruzado y de gran mariscal;
alma de castellano; alma de aventurero,
generosa y austera, soñadora y marcial.

Espectador:
Tu espíritu abre a la poesía,
a toda ensoñación y a toda idealidad.
Suena el clarín de una hijodalga porfía
y el Poeta canta la fiera bizarría
de una mujer peruana y su heroicidad.

Referencias


  1. Publicado en El Tiempo, Lima 4 de septiembre de 1916. Se incluye fragmentos de las jornadas II (escena IV), II (escena II y III), V (escena I) y última (escenas III, IV, V, VI).
    En Palabra, Nº 6 y 7, pp. 13-14. Lima, julio-octubre de 1944. Se incluye un prólogo y las jornadas primera y última, cuyos textos fueron transcritos y publicados por Alberto Tauro a base de los manuscritos originales, que gentilmente puso a su disposición Jesús Valdelomar.
    En Obras, textos y dibujos de Abraham Valdelomar. Reunidos por Willy Pinto Gamboa y publicados con un prólogo de Luis Alberto Sánchez (Lima, Editorial Pizarro, 1979). Cf. pp. 128-159. Se incluye los fragmentos aparecidos en El Tiempo así como las jornadas salvadas por las publicación en Palabra. Al registrar la reinserción en El Tiempo, Guillermo Rouillón anota (en su Bio-bibliografía de José Carlos Mariátegui): “Publicado también en dos partes, en Palabras…”. Y no cabe duda que así desliza un equívoco, pues no informa si el texto de esta publicación es diferente del que apareció en El Tiempo; y e lector no sabe si se limita a repetir aquella o afecta a la totalidad del drama. Da origen a la confusión en que incurre Eugenio-Chang Rodríguez (en su Poética e ideología en José Carlos Mariátegui), en cuanto apunta tres datos distintos al mencionar las publicaciones de la La Mariscala: 1º, (copiando el aserto de Rouillón), “reproducido endos partes en Palabra"; (cf. p. 42); 2º, solo se conocen las escenas que publicó El Tiempo(cf. p. 79); y 3º. “de La Mariscala solo queda el fragmento (sic) incluido en las Obras completas (sic) de Valdelomar”.
    Dos testimonios, consagrados a la vida de José Carlos Mariátegui por Alberto Ulloa y Luis Alberto Sánchez, informan sobre La Mariscala en los términos siguientes: el primero, su “presentación teatral tuvo un éxito mediocre”; y el segundo, “solo fue publicado”. Rectificándolos indirectamente, Eugenio Chang-Rodríguez afirma que el referido drama nunca fue representado ni publicado completamente”. ↩︎