3.1.1. Las Tapadas: A Don Ricardo Palma
- José Carlos Mariátegui
- Julio de la Paz
JULIO DE LA PAZ Y JUAN CRONIQUEUR1
Música del maestro
REYNALDO LA ROSA
1915
Fue en la pintoresca y sabrosa leyenda de las tradiciones peruanas donde al sortilegio de vuestra prosa diáfana surgieron a nuestros ojos las primeras evocaciones de la época virreinal. A través de vuestras historias, en que cobra vida y color, ora una aventura galante, ora una donjuanesca bizarría, ora un episodio heroico, llegó hasta nuestras almas, sensibles a la intensa sugestión del pasado, la visión de una poética edad lejana, no por romancesca menos real.
Lo que niños aprendimos en vuestras páginas maestras, se fortaleció más tarde con la lección fuertemente evocadora que son los vestigios dejados por el coloniaje en las cosas y las almas de esta tierra. Una ventana —confesionario de amor, amparo de misteriosos discreteos—, que pone el encaje de sus arabescos de hierro en una calleja antigua; un balcón propicio al asalto de la escala de seda; un clavicordio en que duermen las notas cadenciosas del minué; un claustro conventual que hace risueña la cenefa abigarrada y multicolor de los azulejos; una leyenda contada por una voz de abuelo en la paz de la velada familiar, nos dijeron muchas veces cosas que ya nos eran conocidas acaso y que habíamos aprendido a amar en vuestras tradiciones.
Quien nos descubriera el panorama del pasado al conjuro de su prosa colorista, quien en libros que son orgullo legítimo de la literatura peruana y en el claro y terso idioma de Castilla, apresara excelsas visiones de una etapa de poesía y romanticismo, reclama para sí, en el crepúsculo luminoso de una ancianidad venerable, el homenaje humilde que le tributamos al dedicarle LAS TAPADAS.
No reviste este ensayo —evocación escénica de una edad que fue—, pretensiones de reconstrucción histórica que mal cabrían dentro de una obra en un acto y la reclama de mayor aliento. Es tan sólo un poema sentimental y galante, en que queremos esbozar almas y paisajes del virreinato y hacer pasar por la escena un soplo de la vida de esa época caballeresca.
Si LAS TAPADAS es un mediano acierto y se cree que en esta obra viven personajes desglosados de la leyenda. Si en don Fernando Roldán, en don Javier de Alvarado, en doña Mercedes la Loca, se ve abocetadas las almas del noble y espadachín aventurero, del hidalgo bien nacido, orgulloso de su escudo que luce en el umbral de su casona y de la hetaira criolla, apasionada y voluptuosa, que era a veces la tapada, habrá triunfado el anhelo que en esta hora alienta en nuestras almas inquietas de bohemios.
Ponemos bajo el amparo de vuestros nobles prestigios este poema.
EL PRÓLOGO TROVADOR 1º.
DOÑA ISABEL TROVADOR 2º.
DOÑA MERCEDES LA LOCA TROVADOR 3º.
DON JAVIER DE ALVARADO TAPADA 1º
DON FERNANDO EL AVENTURERO TAPADA 2º
DON RAMIRO DE MENDOZA TAPADA 3º
DON JAIME ALCÁNTARA GALÁN 1º
BRAULIO (esclavo negro) GALÁN 2º
CELSO (ídem). UNA DAMA
Referencias
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Publicado en San Marcos, Nº 12, pp. 187-214, Lima, julio-agosto 1975. Transcripción directa del texto mecanografiado por los autores, y que actualmente se conserva en la Biblioteca Nacional del Perú con una nota preliminar de Alberto Tauro.
Las Tapadas, de José Carlos Mariátegui y Julio Baudoin. Lima, Servicio de Publicaciones [del] Teatro Universitario de [la U.N.M. de] San Marcos, 1976. 2 h., 23p.; 30 cm. (Serie III, Nº 32. Piezas de Autores Peruanos).
Quince para treinta. Probablemente comedia, conocida sólo por una referencia inserta en Lulú (Nº 15, p. 27; Lima, 14 de octubre de 1915): “Dice el apuntador que… Juan Croniqueur [tiene una obra]” titulada Quince para treinta. La noticia parece aludir a una pieza ya concluida, pero es posible que se haya limitado a recoger el anuncio de un proyecto alentado por la acogida que el público dispensara a Las Tapadas ↩︎