1.4. Morfina – El elogio de tu clave
- José Carlos Mariátegui
MORFINA1
que desde nuestro encuentro lo supiste
y, piadosa enfermera, me has amado
porque soy infinitamente triste.
Tu mirada sedante ha consolado
mi remota inquietud. Y aún existe
una dulce promesa en el quebrado
recodo de mi vida en que surgiste.
Tengo locas visiones, espejismos que en
el desierto de mis idealismos
son una extraña fantasmagoría.
Y no quiero saber si me envenena
esta morfina que al dormir mi pena
nirvanizara mi melancolía…
Línea 10. En la publicación inicial dice “mis pesimismos”.
EL ELOGIO DE TU CLAVE2
Tu piano es un anciano confidente,
que guarda con amor en el arcano
de un sonambulismo indiferente
las voluptuosidades de tu mano.
Yo he turbado su sueño penitente,
donde vive su ritmo soberano,
y he escuchado religiosamente
la sonora alma lírica del piano.
En su antiguo teclado hay la añoranza
de otros dedos liriales. Y una danza
galante en su marfil se galvaniza.
Minuetos y pavanas están presos,
y llora la nostalgia de tus besos
si el romántico Grieg madrigaliza…
Referencias
En La Prensa: Lima, 2 de enero de 1916. En Lulú Año 2, Nº. 32, p. 15; Lima, 2 de marzo de 1916. Y en Reconstrucción de Mariátegui, por Mario Castro Arenas (Lima, 1985, p. 119). ↩︎
En Alma Latina: Nº 14, p. 4, Lima, 4 de febrero de 1916.
Precedido por una nota editorial, que presenta al autor como “un delicado rimador, cuyos versos llenos de lirismo y de ternura lo hacen un poeta aristocrático y fino como para las damas” ↩︎
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