1.10.. A Tórtola Valencia, Plegaria Nostálgica, Ditirambo Elegante, Tu no eres Anacrónica

  • José Carlos Mariátegui

A TÓRTOLA VALENCIA1  

Valdelomar:   Tórtola Valencia: tu cuerpo en cadencia
                      de un gran vaso griego parece surgir,
Hidalgo:         y tu alma como una magnífica esencia
                      embriaga a la mía cual un elixir.
Mariátegui:    ¿Ha sido un milagro nuevo de la Ciencia
                      que ha animado un noble vestigio de Ofir?
Valdelomar:   Tú eres el milagro, Tórtola Valencia,
                      mármol, vaso griego, Tanagra, zafir.
Hidalgo:         La América ruda de quechuas salvajes,
                      con voz te saluda de bravos boscajes,
Mariátegui:    y su voz es canto, rugido, oración.
                      Y en la selva virgen de este continente,
Valdelomar:   eres bayadera venida de Oriente
                      cual los Reyes Magos de la tradición.

PLEGARIA NOSTÁLGICA2  

Padre Nuestro que estás en los cielos,
Padre Nuestro que estás en la harina
de la hostia candeal y divina
que es el pan de los santos anhelos.

Soy enfermo de locos desvelos
y en mi espíritu vago declina
el amor de tu dulce doctrina,
padre nuestro que estás en los cielos.

Está lejos de mí la fragancia
de la mística fe de mi infancia
que guardaba con blanco cariño.

Siento el hondo dolor de la duda
y solloza mi cántiga muda
por el don de volver a ser niño…

                           JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI
                                             (Juan Croniqueur)
                                                 Lima, MCMXVI.


DITIRAMBO ELEGANTE3  

El automóvil sabe tornarte más hermosa.
No es tan fosco este siglo, señorita. El Progreso
quiere ser cortesano con las damas. Un beso
pone todas las tardes en tu mano mimosa.

Yo siento que pareces a veces una cosa
del Progreso. Y me engaño: eres de carne y hueso.
Tu modista y también tu boudoir tienen preso el
secreto de hacerte graciosa y vaporosa.

Eres nerviosa, flaca, elegante e inquieta,
tu sonrisa es muy sabia. ¿Quién te enseñó, coqueta,
a sonreír? Tus ojos ven cual dos astrolabios

el cielo. Sus vigilias las dicen tus rituales
ojeras. Y yo sueño —¡sueños sentimentales!—
que saben a carmín y a sonrisa tus labios.

TÚ NO ERES ANACRÓNICA…4  

Musa de carne y hueso (así hablaba el poeta
que amó a su pobrecita Margarita Gautier),
eres en este siglo, señorita biznieta
del siglo de las blancas pelucas y el minué.

Tú no evocas la corte de María Antonieta,
ni rima una pavana tu delicado pie,
ni te ama un paje rubio, ni ha habido una secreta
estocada que mate por tu amor y tu fe.

No eres princesa, dama de brial, ni castellana,
ni eres hada de Oriente, ni eres diosa pagana,
ni te ha cantado un loco trovero provenzal.

Mi siglo te ha forjado muy suya, muy bonita,
muy metropolitana. Y sólo “señorita”
te ha dicho esta mañana la crónica social.


Referencias


  1. Publicado en El Tiempo, Lima, 21 de diciembre de 1916. En La Nación, Lima, 12 de enero de 1917.
    En Hombres y bestias (bocetos críticos), por Alberto Hidalgo (Lima, 1918), pp. 178-179. Y en Valdelomar o La belle epoque, por Luis Alberto Sánchez (México, 1969), pp. 207-208.
    Soneto alejandrino escrito por Abraham Valdelomar, Alberto Hidalgo y José Carlos Mariátegui, según una “distribución de trabajo” que se indica en el texto. ↩︎

  2. Publicado en Renacimiento, Nº 6, p. 225, Guayaquil, 1916.
    Al pie del texto se advierte: “Estos y otros versos los escribió Juan Croniqueur en el Convento de los Descalzos donde hizo durante tres días de vida mística; y formarán parte de su libro Tristeza”. ↩︎

  3. Publicado en El Tiempo, Lima, 31 de enero de 1917. ↩︎

  4. Publicado en El Tiempo, Lima, 31 de enero de 1917.
    En Páginas Literarias, seleccionadas por Edmundo Cornejo Ubillús (Lima, 1955), p. 75. Y en Poética e Ideología en José Carlos Mariátegui, por Eugenio Chang-Rodríguez (Madrid, 1983), p. 72.
    ↩︎